miércoles, 11 de agosto de 2010

MAPATERNIDAD SIN AFILIACIÓN POLÍTICA






Hay cosas que no se pueden imaginar por mucha imaginación que uno tenga y no es que yo no crea que la imaginación es infinita… Como poder se puede imaginar lo que se quiera. Lo que pasa es que, a mi parecer, hay casos en los que cualquier parecido de lo imaginado con la realidad es pura coincidencia. No sé cuanto dará de si la imaginación de mis compañeras de casilla de sexo y ya sé que generalizar es el origen de todos los prejuicios y que, además, es pretencioso y está feo. Sin embargo, creo que eso es lo que pasa con la maternidad y la paternidad –términos que unidos dan lugar al título de esta entrada-. De la paternidad sólo puedo hablar por terceros. De la prematernidad tengo algo más que contar porque estoy embarazada, encinta o preñada -según como me pille el día y a quién le esté dando la buena nueva-. Resumiendo: que yo no tenía ni idea de lo que se me venía encima el día que decidimos liarnos la manta a la cabeza. Los dos estábamos de acuerdo en que tener un hijo era fruto de una inconsciencia consciente, de un pretendido calculado salto al vacío. Pero nadie me avisó, por muy obvio que parezca, sobre lo que supone compartir cuerpo con otra persona, por muy pequeña que sea. Y no es que esté quejándome es que subrayo que, con tanta igualdad, me llegué a creer que esta carga también podía ser compartida. Ahora ya tengo clara la dimensión de que ser madre no es lo mismo que ser padre -por más que me joda- y, una vez que una asume esto, empieza a entender la necesidad tan enorme de proteger a la maternidad. Sin ayuda, ser madre trabajadora en nuestro mundo es inviable. Las bajas de maternidad no son regalos a las más guapas, ni cuotas que nos hagan la vida más fácil. Son la única vía posible para que en el primer mundo procreemos, por más que vayan en contra de las leyes del mercado. Aquí no podemos quejarnos porque tenemos cuatro meses pagados y la baja por paternidad de 15 días. Pero sí que, para ser conscientes de cómo está el patio, podemos compararnos con las suecas que tienen un año y las yanquis que sólo tienen ocho semanas. Las ayudas económicas nunca vienen mal aunque sean puntuales y caducas. El cheque-bebé morirá con el año y los 100 euros mensuales que da Esperanza Aguirre en Madrid a las mujeres trabajadoras se convierten en pura limosna, cuando una se entera de lo que cuesta una guardería pública en esta comunidad (alrededor de 300 euros al mes).
Los casos de las políticas que han sido madres estando en activo en primera línea, para mí a día de hoy, son una mezcla entre Santa Teresa de Jesús y Juana de Arco, milagros de la naturaleza, Afroditas A con muchos cojones. Sabiendo lo que sé ahora (mañana salgo de cuentas), Carme Chacón llevó su embarazo adelante a base de mucha ayuda, muchas vitaminas o Prozac y un temple de hierro. María Dolores de Cospedal fue otra que, sobre si ser madre o perdérselo, decidió tirar por la calle de en medio y encima por libre (in vitro, sin padre que ayudase o molestase); eso sí, antes de subirse a la cima de su partido. Chacón, recién parida, me confesó que haber tenido a su hijo era lo mejor que había hecho en su vida. Con De Cospedal nunca he tenido el gusto de hablar sobre la cuestión pero supongo que diría algo parecido. Por eso no entiendo a las que son contrarias a las cuotas y a las ayudas. Porque, haciendo un ejercicio de imaginación, supongo que, si las dos fueran sinceras la una con la otra por un momento, dejando al margen las disciplinas y los intereses de partido, reconocerían que ambas mantienen sus brillantes carreras haciendo lo mismo que ellos, prácticamente renunciando a sus familias. Es decir, que por muy mujeres poderosas que sean, las leyes del mundo laboral en el que triunfan siguen siendo las que el mercado impone y el mercado no es muy femenino.

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/06/19/espana/1213867789.html

http://www.elpais.com/articulo/portada/MADRE/MINISTRA/elpepusoceps/20080907elpepspor_5/Tes




Nota: De De Cospedal no ha habido manera de encontrar una fotografía con su hijo...







2 comentarios:

  1. Muchísima pero que muchísima suerte estos días, y que todo salga perfecto. Porque la mirada que se cruzan una madre y su hijo por primera vez, es una de estas cosas en la vida por las que merece la pena todos los sacrificios.

    El mercado es machista querida, pero sabiamos a lo que veniamos cuando empezamos a currar. El bienestar económico y la producción de bebés, son dos cosas demasiado alejadas.

    De nuevo, besos y suerte.

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  2. A mi me parece que Carme Chacón nos hizo un flaco favor haciendo solo seis semanas de baja maternal. Porque siendo ejemplo de una mujer con un cargo de tanta responsabilidad, era momento de demostrar lo importante que es la baja de maternidad. Y que la OMS recomienda dar el pecho durante los seis primeros meses, y no sólo cuatro. Ella tenía la oportunidad de demostrar que maternidad no está reñido con profesionalidad. Mi jefe va a creer ahora que con seis semanas es suficiente, o no estoy por la labor.

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